A cada pestaña propia se aplica, con una técnica especial y con un adhesivo específico, hipoalergénico y a prueba de agua, una pestaña de pelo sintético o natural. Lo hacemos con una distancia de entre 1 y 2 mm por delante de la raíz de tu pestaña, para evitar alergias o que tu pestaña sufra. Las extensiones de pestañas se van cayendo poco a poco durando un máximo de 4-5 semanas.

Sí, nuestras pestañas tienen un ciclo de vida aproximado de 40-60 días. Transcurrido ese tiempo se caen y dejan paso a una nueva pestaña. Por lo tanto la extensión que quede colocada encima de esa pestaña caerá con ella. Nuestras pestañas naturales se regenerarán tanto si llevamos extensiones de pestañas una a una, como si no es el caso.

Tras el tratamiento recomendamos no mojarlas las primeras 12-24 horas y debemos utilizar productos libres de aceites en la zona de los ojos para no perjudicar la función del adhesivo. Por lo demás, no requiere otros cuidados que no tendrías propiamente con tu pestaña natural.

El contacto del producto con la piel es mínimo y todos los productos utilizados son hipoalergénicos y cumplen la normativa de cosméticos de Estados Unid0s, productos aprobados por la FDA.

No existe una frecuencia exacta para todas las clientas, sino que al depender del ciclo de nuestra pestaña natural, cada clienta tiene un ciclo. Recomendamos un mantenimiento cada 15-20 días después de cada tratamiento. En cualquier caso se considerará como mantenimiento aquellas clientas que vengan en un plazo máximo de 30 días tras el tratamiento.

Las pestañas naturales no sufren ningún tipo de daño ya que las extensiones se colocan entre 1 y 2 mm por delante de la raíz de la pestaña natural. De esta manera y al evitar el contacto con la piel, disminuimos el riesgo de alergias y nuestra pestaña podrá seguir su ciclo de vida de forma normal, en la que se acaba regenerando de igual manera que lo haría si no lleváramos extensiones de pestañas.

Todo depende de cada tipo de piel y el mínimo, al menos una vez al año. Para pieles normales se recomienda una frecuencia de uno y tres meses entre cada limpieza profunda. Pieles maduras, secas o con manchas, una cada seis meses; y pieles acnéicas, una cada dos semanas para controlar la infección y la inflamación

Este tratamiento se recomienda a partir de los treinta años, edad en la que la piel empieza a perder su poder de regeneración o simplemente cuando los signos del paso del tiempo son visibles. Se puede aplicar tanto como tratamiento preventivo en una piel joven o como restitutivo en una piel envejecida.

Las sesiones de PRP es variable por cada paciente, depende del grado de envejecimiento de la piel. Puede variar de una a tres veces al año.

Entre sus beneficios tenemos la estimulación de creación de colágeno y elastina, mejora la apariencia de estrías y cicatrices, reduce el tamaño de los poros entre otros.

No, puede resultar molesto en algunas zonas de aplicación.